domingo, 11 de noviembre de 2012

Elogio de la Seducción y el Libertinaje - Lydia Vázquez



"El cerrojo" de Fragonard 


"SEÑORITA:

Sábado, se me permite enviar esta esquela con vuestra camarera, y vuelvo a la carga para solicitaros una segunda vez que me admitáis en vuestra casa. Me guardaría de solicitároslo si creyera que el honor más severo os impidiera acordármelo. Sé muy bien que estáis por encima de esos pequeños artificios, comunes entre las personas de vuestro Sexo, que consisten en gustar de apenar a sus Amantes.
Espero pues que haréis justicia a la pureza de mis intenciones, y que me favoreceréis con una ocasión para explicaros los motivos que me llevan a buscar vuestra estima. No me detendré en hablaros de mis sentimientos que no sepa que los aprobáis. Como no comprendo por qué la diferencia de los Sexos ha de obligaros tanto a uno como a otro a utilizar otro lenguaje que el de la justa razón, emplearé en mis discursos tanta sencillez y sinceridad como embarazo y apasionamiento usan los demás. En lugar de deciros que moriré por vos, declaro que me gustaría vivir pasar la vida a vuestro lado. Poseéis más belleza, inteligencia, prudencia y buen humor que ninguna de las damas que conozco. Sin embargo, os confesaré sinceramente que lo único que me lleva a fijarme en tantas perfecciones es qué hagáis con ellas. Por mi parte, señorita, lo que más anima mi amor por vos es la esperanza de que será recíproco. Os ruego me hagáis saber por vuestra doncella cuándo podré ir a visitaros. Os prometo hablaros tan solo de cosas indiferentes, aunque ya no sé muy bien cómo podré acercarme a vos después de la declaración que acabo de haceros.
SEÑORITA,
Vuestro más obediente, fiel y humilde servidor


CINTHIO. 39
Le babillard ou le Nouvelliste Philosophe, 1725, op. cit. , Art XXXV, p 401-403. "

VÁZQUEZ, Lydia .  Elogio de la Seducción y el Libertinaje. Alegia,  ITXAROPENA, 1996.

domingo, 19 de agosto de 2012

Sobre cómo enamorarse de una mujer en Niebla - Miguel de Unamuno




– No; verás, verás si logro explicártelo. Tú estabas enamorado, sin saberlo, por supuesto, de la mujer, del abstracto,  no de ésta ni de aquélla; al ver a Eugenia, ese abstracto se concretó y la mujer se hizo una mujer y te enamoraste de ella, y ahora vas de ella, sin dejarla, a casi todas las mujeres, y te enamoraste de la colectividad, del género. Has pasado, pues, de lo abstracto a lo concreto, y de lo concreto a lo genérico, de la mujer a una mujer y de una mujer a las mujeres.
– ¡Vaya metafísica!
– Y¿qué es el amor sino metafísica?
– ¡Hombre!
– Sobre todo en ti. Porque todo tu enamoramiento no es sino cerebral, o como suele decirse, de cabeza. 

DE UNAMUNO, Miguel. Niebla. Editorial Oveja Negra. 1985

martes, 7 de agosto de 2012

Elogio de la madrastra - Mario Vargas Llosa.

"Diana después del baño" - François Boucher (1742)

"Ella se moverá, se inclinará y su boquita de labios bermejos besará mi piel y chupará cada uno de mis dedos como se chupa la lima y el limón en las calenturientas tardes del estío. Pronto estaremos entreveradas, retozando en la seda sibilante de la manta azul, absortas en la embriaguez de la que brota la vida. A nuestro alrededor, los sabuesos merodearán echándonos el vaho de sus fauces ansiosas y acaso nos lamerán, excitados. El bosque nos oirá suspirar, desmayándonos, y, de repente, gritar heridas de muerte. Un instante después nos escuchará reír y chacotear. Y nos verá irnos adormeciendo en un sueño apacible todavía sin desenredarnos."

VARGAS LLOSA, Mario. Elogio de la madrastra. Arango Editores.1988